Hace un par de semanas nos llegó un email en el que nos pedían información sobre un cambio de ventanas que una pareja de propietarios iba a hacer en una vivienda para alquilar a jóvenes universitarios. En concreto, nos manifestaron su sorpresa al ver que uno de los presupuestos que les habían dado por cambiar tres ventanas de la casa fuera de 4.000 euros, mientras que los otros dos eran mucho más económico.
Tras analizar los presupuestos, no nos metemos en si es mucho o poco, lo que si que pudimos comprobar es que el más caro era porque el presupuesto hacía referencia a unas ventanas de aluminio con rotura de puentes térmicos (RPT). Muchos os preguntaréis qué es estoy para qué sirve, aunque lo más importante es preguntarse si merece la pena utilizarlo en tu vivienda, algo para lo que hay que tener muy en cuenta la zona geográfica y climatológica en la que vivimos.
En primer lugar, diremos lo que es el puente térmico. Es, en definitiva, una zona donde se transmite más fácilmente el calor por las características del material o por su espesor. Esto ocurre en las ventanas de vidrio aislante con marco de aluminio. El doble cristal es un aislante muy bueno, pero el aluminio es un metal conductor, por lo que puede dejar escapar una pequeña parte de calor.
Para evitar esta transmisión de calor se usa el puente térmico que consiste en evitar que la cara interior y exterior tengan contacto entre sí. Para ello se utiliza un mal conductor que evita estas pérdidas. Entre los beneficios que tiene el puente térmico se encuentran, sobre todo, los relacionados con el ahorro de energía, la limitación de la condensación y que el acabado interior y exterior pueda ser diferente.
Por tanto, podemos decir que el puente térmico es una solución muy buena para renovar las ventanas de tu casa en busca de un mayor confort. Pero, como decíamos antes, lo importante en nuestra opinión es saber la zona climática en la que vives, ya que en ciudades con climas cálidos no llegan a funcionar muy bien. Sobre todo por un motivo: no hay un gran contraste entre la temperatura exterior de la vivienda y la interior, por lo que la instalación de este tipo de ventana puede no ser la mejor elección si tenemos un presupuesto más ajustado.
Cosa distinta sería si las quisiéramos instalar en el Norte de España, donde las temperaturas exteriores son muy bajas y en el interior de la vivienda hay una humedad relativa elevada, produciéndose el fenómeno de condensación sobre los perfiles interiores.
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